Empecemos por el principio de todo por si hay algún perdido. HTC prometió en el Mobile World Congress 2011 de Barcelona que actualizarían sus HTC Desire a Gingerbread en breve. Las fechas previstas eran alrededor de mayo, cuando el Desire S estuviera en el mercado. Pasó el mes y ninguna noticia de la actualización lo que hizo sospechar que no cumplirían su promesa, y durante un día así fue. HTC comunicó que no actualizarían sus Desire a Gingerbread por "problemas de memoria".
En ese momento toda la comunidad de usuarios empezaron a mostrar su enfado hacia la compañía taiwanesa. Debido a esto al día siguiente HTC rectificó y dijo que sí actualizarían sus Desire a Gingerbread pero eliminarían ciertas aplicaciones del Sense para que la actualización fuera posible.
Esta ha sido la historia hasta ahora, momento en el que una operadora Australiana como Telstra comunica a sus usuarios que los Desire recibirán Gingerbread sin Sense en agosto.
¿Qué significa esto? Pues que recibirá Android tal y como lo tiene el Nexus One, es decir, limpio de personalizaciones.
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